El nacimiento de Habibi se remonta al año 2008, cuando en la Facultad de Ciencias Humanas se llevó a cabo un taller de danza árabe dictado por la bailarina Jimena Quintanilla. Tras este evento, un grupo de estudiantes consolidaron relaciones de amistad y cooperación en torno al interés por la danza y la cultura oriental. Como resultado, en 2010 se formalizó este proyecto, fomentando la expresión artística y la generación de espacios de bienestar para la comunidad universitaria. Hasta la actualidad, Habibi ha contado con la guía constante de la bailarina, maestra y coreógrafa María Isabel Sánchez (Samira Sayegh), quien ha trabajado diferentes estilos de danza oriental. Su labor se ha enmarcado en la solidaridad, la cooperación, el trabajo en equipo y el respeto mutuo entre sus integrantes.

Desde el comienzo, en Habibi hemos enfatizado en la reconciliación y la resignificación del cuerpo como medio de expresión y comunicación. De esta manera, los proyectos en los que se embarca este grupo estudiantil buscan la promoción del bienestar y desarrollo personal por medio del autoconocimiento, la mejora de la autoestima, de la expresión y la comunicación corporal. La danza del vientre es un arte ideal para lograr este fin, ya que permite adquirir un control muscular complejo, y a la vez el reconocimiento y manejo de emociones sobre sí misma y el entorno.

En concordancia con lo anterior, desde el año 2013 Habibi ha promovido el encuentro de grupos universitarios dedicados a la danza del vientre, a través de la organización del “Festival de danza oriental Dilshad: Mujeres construyendo identidad y lazos de hermandad''. El Festival ha generado unión dentro del gremio. El arte escénico se comparte con el público, y de igual forma se promueve la reflexión en las bailarinas respecto a la danza. Este trabajo ha mostrado que la danza del vientre trasciende el momento de la presentación, ya que influye directamente en la forma en que las mujeres percibimos nuestro cuerpo, capacidades, aspiraciones, sueños y metas.

Por otro lado, el grupo también quiere transformar la representación social superficial e imprecisa de la danza del vientre, influenciada durante casi un siglo por la mirada androcéntrica de occidente sobre los cuerpos, sentires, expresiones y prácticas de las mujeres y hombres que se dedican a este arte. Lo anterior se hace con el objetivo de rescatar y construir la identidad propia de la danza, para así devolverle la dignidad y majestuosidad a través de las perspectivas y voces de las mujeres que la practican.

En Habibi hemos encontrado una herramienta de empoderamiento, que abarca diferentes formas de pensar y expresar lo femenino y nos permite hacer una re-construcción como mujeres. Aquí, cada bailarina baila para sí misma, se convierte en la mujer que desea ser y adquiere la seguridad para expresarlo a otros y guiar a su equipo. La danza es, asimismo, un acto de sanación, un abrazo y un alivio en medio de las vivencias cotidianas. Es un espacio donde se puede ser en libertad, donde caben todas las expresiones distintas del ser, donde prima la solidaridad y el apoyo entre las mujeres.

En resumen, por medio de este proyecto queremos dar a conocer este arte complejo que transformó nuestras vidas, que logró empoderarnos de nuestros cuerpos, nos permitió exigir un espacio para la expresión de nuestras emociones y pensamientos. Este espacio de arte escénico constituye para nosotras un trabajo diario personal y grupal, dirigido a la ruptura de los estereotipos de belleza, la exaltación de la digna y natural belleza femenina, el crecimiento espiritual materializado en el cuerpo, el orgullo de ser mujeres que expresan su vida a través del movimiento y que viven en libertad.

 Redacción: Grupo Habibi

Proyecto Estudiantil: Habibi

Nombre del Proyecto: Danza e Integralidad